¡Buenos días! La semana pasada os enseñé por Instagram que habíamos estado en Córdoba con mi familia para celebrar el 60 cumpleaños de mi padre. Así que, como hice en este post de Granada, os enseño toda nuestra escapada.
El alojamiento
Éramos ocho adultos y dos niños. Ah! Y dos perros, que Kora se quedó en Linares pero mis padres y mi hermana tuvieron que llevarse a los suyos. Así que el tema del alojamiento era, cómo mínimo, complicado.
Nos decantamos por un apartamento, creo que cuanto más viajo así desde que tengo a Sofía, más agusto estoy. La verdad es que tener cocina y una casa completa cuando viajas con niños es super cómodo. Esta vez viajamos a un apartamento de Cordoflat y la verdad es que quedamos más que encantados.
Las vistas fueron lo mejor. La mezquita amaneciendo (que vi los dos días gracias a la hora de despertar mi pequeña), el horizonte de Córdoba… Espectacular.
Lugares que visitar
Todos habíamos estado muchas veces en Córdoba. Es una ciudad que tenemos muy cerquita y que nos gusta muchísimo, así que ya habíamos visto casi todo lo turístico que se puede ver.
El primer día paseamos por la judería, es un barrio precioso que simplemente andar por sus calles te hace transportarte a otra época. Enamorada del sitio, es un gustazo verlo y a lo largo del fin de semana lo disfrutamos varias veces.
También estuvimos en la Mezquita, aunque no llegamos a entrar porque la entrada eran 11 euros por persona y ya la habíamos visto. Pero los jardines interiores son una maravilla y Sofía ha estado allí ya dos veces y no sé si es el entorno, los naranjos, la luz… Pero se pasa el rato corriendo, sonriendo y disfrutando.
Visitamos también una exposición de productos artesanales. Era pequeña pero en un edificio precioso, como casi todos los que hay allí.
Al visitarla ya en Diciembre, tuvimos la suerte de ver todas las cosas especiales de Navidad. Paseamos por el mercadillo navideño (súper bonito) y visitamos la ciudad de la Navidad para niños. ¡Es una pasada! Tenía atracciones para los más pequeños y Sofía se montó en dos por primera vez. De verdad, la decoración preciosa, el ambiente súper navideño… ¡Vamos a volver todos los años!
El domingo estuvimos solo por la mañana pero paseamos por la zona del río y es preciosa… De verdad que cada día me gusta más. Nos acercamos a un parque que vimos y los peques disfrutaron un montón.
Dónde comimos
Los desayunos los hicimos en casa, así que cafeterías no hemos visitado ninguna, pero compramos pan y el domingo croissants de la pastelería Roldán, super ricos. Y la cena del primer día fueron pizzas del Telepizza, no os lo puedo recomendar ya sabéis 😉
El sábado comimos en la Taberna Rafaé. Es un sitio de comida tradicional, lo mejor es que tiene abajo una sala muy grande así que cabíamos todos los que éramos y encima los niños no «molestaban» porque tenían bastante sitio para jugar.
Probamos las croquetas de jamón serrano, que eran más normalitas y las croquetas de choco que, sin duda, fueron lo MEJOR que comimos. ¡Increíbles!
Pedimos también varias cosas de rabo de toro: el flamenquín y la tortilla. Para mí gusto el flamenquín estaba mejor, la tortilla no me entusiasmó demasiado. Por último compartimos un solomillo de ternera que estaba en su punto. De postre, una tarta tres delicias con flan, mousse de chocolate y caramelo.
Esa noche aprovechamos que paseábamos por la judería al lado del piso donde nos quedamos para entrar en el Food Market. ¡Me encantó! Tiene mesas en un patio y diversas habitaciones y alrededor hay diferentes puestos de comida.
Un puesto de comida mexicana, india, tapas típicas españolas, ibéricos, arroces… ¡De todo! Nosotros pedimos los nachos y los tacos del pastor del puesto mexicano que nos gustaron a todos. Pero lo que más triunfó fue la comida india: el pollo con almendras y canela era una mezcla de sabores riquísima, el humus fue el mejor que he probado nunca y las empanadillas de verduras con jengibre gustaron mucho.
Probaron también del puesto de ibéricos (yo no pude por el embarazo) el plato degustación que dijeron que estaba de vicio, los mini fuets y la tortilla de patatas. Y del puesto de tapas tradicionales las patatas con alioli (¡tremendas!) y las patatas bravas.
El domingo al pasear por la zona del río me encontré un puesto de zumos ecológicos y no pude evitar pedirme uno. Probé el de zanahoria, mango y naranja, ¡estaba riquísimo!
Y como seguíamos por esa zona, comimos en uno de los restaurantes que había allí y tenía terraza para poder estar con los perros que estaban con nosotros. El sitio se llamaba La Taberna del Río y esta sí que sí es una recomendación de 10.
Las berenjenas fritas eran una verdadera delicia, el rebozado era especial y una pasada. Probamos el salmorejo (buenísimo en Córdoba, como no) y la mazamorra, que a mí no me gustó nada pero a los demás sí. Las croquetas de puchero mmmm, tenéis que probarlas también.
Comieron un tartar de presa ibérica que decían que estaba de vicio (yo no podía) y un risotto de rabo de toro que tampoco probé porque no me apetecía nada pero que en teoría es el plato estrella. Y, como no, flamenquin que aquí nunca puede faltar, de vicio también.
El postre fueron unas flores fritas con helado super buenas.
Espero que os haya servido nuestra experiencia en Córdoba y que si probáis algo de lo que os he recomendado, por supuesto, me contéis.
Sonríe, la vida en familia es la vida mejor.
Marta